Dos cuentos cubanos

Severo Sarduy e Hilda Perera le hablan a los niños

Dos cuentos cubanos, uno de Severo Sarduy y otro de Hilda Perera, nos transportan a la rica naturaleza de Cuba, a la nostalgia infantil y al mundo latinoamericano donde conviveven magia y realidad.

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El duende del mar

Copyright: CIDCLI

Cuando los niños van a la playa es común que recojan y recolecten todo tipo de tesoros: conchitas, piedritas, palitos, etc. Pero lo que ningún niño se imagina es que estos objetos puedan luego, en sus hogares, cobrar vida. Es esta maravilla lo que le sucede a la niña del cuento y a sus cuatro primos: una vez que terminaron el baño de mar de esa tarde, recogieron sus cosas y metieron todas las piedritas que colectaron en una bolsa, solo "por llevarnos algo". Una vez en la casa, la niña protagonista coloca todas las piedras sobre la mesa y lo que sucede es totalmente asombroso: "las piedras comenzaron a moverse solas. La que parecía boina se colocó sobre la que tenía nariz y ojos y parecía cara; la cara buscó al torso. Se empataron y quedaron juntas como unidas por un imán. En eso, la que parecía zapatos o botas empezó a moverse hasta colocarse debajo del tronco y se pegó con tal fuerza que no pude separarlas...". La niña, a quien le encantan las cosas de magia, se encuentra entonces ante una especie de duendecillo.

Ante tal mágico personaje, los niños muestran sus distintas personalidades: algunos más incrédulos que otros y algunos más interesados en sacar provecho de la situación que los demás. Pero es David quien gana sobre los otros primos y decide vender el duende al día siguiente, bien temprano por la mañana. Sin embargo, este no sospecha que la magia del "duende guardián de los tesoros del mar" es mucho más poderosa que su ambición y se llevará una gran sorpresa una vez que llegue a la tienda. La sensibilidad de la niña narradora del cuento es la que la ayuda a comprender que el duende está triste y que, entre lágrimas, le suplica que lo devuelva al mar, donde pertenece.

El cuento de Hilda Perera nos habla de recuerdos infantiles y es como si su propia voz de niña nos contara algo que le ha sucedido en su tierna infancia. Los recuerdos llenos de magia se mezclan en la realidad de un paisaje de playa muy hermoso y propio de la Cuba que vio crecer a la autora. Las ilustraciones del ruso Leonid Nepomniachi logran captar la esencia de la atmósfera que rodea las aventuras de los primos y retrata con ternura las emociones de estos. Los tono de la arena y el mar, más los colores de los habitantes del fondo marino, transportarán a los niños lectores al corazón mismo de este cuento.

Hilda Perera nació en La Habana el año 1930 y desde muy pequeña comenzó a escribir; de hecho su primer cuento infantil fue publicado cuando ella tenía solo dieciséis años y hoy a sido traducido a varios idiomas y es considerado un clásico de la literatura infantil. Actualmente, Hilda vive en Miami.

Datos del libro

Publicado por CIDCLI, colección EnCuento. Isbn: 978-9684940710

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Gatico-Gatico

Copyright: CIDCLI

Esta es la historia de un gato tan pequeño como un ratón; era tan chiquito que cuando nació su padre -un gato "gordón y vestido de cuello y corbata"- decidió ponerle por nombre: Gatico-Gatico (tan pequeñito era el recién nacido que un solo "gatico" no bastaba para identificarlo). A medida que pasaba el tiempo, el gato no crecía y fue así como siempre quedó del mismo tamaño: "era una miniatura de gato".

Su tamaño volvía infeliz e inseguro a la pequeña criatura y, por más que trataba, no lograba encajar en ningún lugar pues o era correteado por los perros o envuelto en papel de regalo tras haber sido confundido por un peluche. Aburrido y fastidiado, Gatico-Gatico decide trasladarse a la selva, pensando que en ese lugar estaría mejor, sin embargo, los árboles y sus lianas, y los animales como el águila tampoco hicieron muy fácil la vida del protagonista. Todo parece cambiar cuando una lechuza se encuentra con Gatico-Gatico y descubre la raiz de su problema, ofreciéndole una genial solución.

Severo Sarduy entrega una moraleja al final de este, su primer y único relato escrito para niños, y ancla, al final del cuento, la historia del protagonista personificándolo con la escultura de un enorme gato que se encuentra en los Campos Eliseos de París. Nos cuenta el escritor que dicha escultura la hizo el escultor colombiano Botero inspirado en las hazañas del gato protagonista de este cuento.

Las ilustraciones del chileno Patricio Gómez pintadas a lápiz retratan muy bien a los animales de la selva, su colorido y detalles, y le confieren ternura y realismo a este cuento.

Severo Sarduy nació en Camagüey el año 1937 y el año 1960 se traslada a vivir a París, Francia, muriendo muy joven, con solo 53 años de edad. Su trabajo literario se concentra en la crítica y en la poesía, compartiendo con sus lectores un vocabulario riquísimo en palabras. Aunque Gatico-Gatico fue el único cuento que escribió para niños, su creación produjo gran alegría en el escritor: "Tanto escribirlo como leerlo después, imitando las voces de los personajes, fueron un constante placer".

Datos del libro

Gatico-Gatico

Publicado por CIDCLI, colección EnCuento. Isbn: 978-9684940628